jueves, 28 de agosto de 2014

Capítulo 1: Curiosa Reunión Nocturna

Las noches de otoño en su región siempre habían sido cálidas... con pocas lluvias lo que permitía disfrutar de un hermoso cielo despejado, adornado con las estrellas y la magnifica luna, que como a ciento de miles desde el principio de los tiempos, inspiraba a versos, sonatas, canciones, poemas, aventuras y romances...
Y ahí estaba él, tan singular como él solo, trepado en lo alto del árbol, uno de los tantos de la mansión Lawrence, donde se hospedaba hasta terminar sus estudios.
Alexis era extraño, sin duda... a pesar de la poca luz que tenía a esas altas horas de la noche, veía perfectamente cada letra que plasmaba en su libreta. Sus ojos alargados tienen una sensual mirada felina color avellana, aunque siempre esta fija en el papel donde va plasmando sus ideas, que brotan de a montones de su cabeza,tanto que.. escribir para Alexis, se vuelve una necesidad , una vía de escape, el respiro de aire puro para sus pensamientos.....
Aunque fuesen las tres de la mañana, de una noche de otoño, con un farol del parque de la mansión como única fuente de luz, para el joven, no había nada más relajante y revitalizante que aquello...

Adrián le miraba desde la ventana, preocupado, la madre del chico y su mejor amiga, le había comentado que Alexis era un niño particular... introvertido, quisquilloso cuando algo no e agradaba, antisocial y desconfiado, pero con inusual talento para la literatura. Siempre se lo veía con la mochila llena de cuadernos, algunos en blanco, otros escritos de principio a fin, que luego se iban apilando en su cuarto.
No veían forma de sacarlo de ese mundo de ensueños que tejía con sus propios escritos, de ese mutismo reservado que creaba una esfera casi tangible que lo separaba del mundo.... Pero Adrían, lejos de asustarse, se preocupaba, porque quería al chiquillo, porque en el fondo sabía que esas paredes invisibles, no eran más que un grito mudo de auxilio...

Ni el, ni el mismísimo Alex, sabían que, el destino tenía preparado ya, un encuentro especial... que se daría bajo circunstancias insospechadas, pero en el fondo, como dos almas que se atraen, se llaman, se buscan, se necesitan....

Los días pasaban tranquilos, mientras el muchacho iba a sus clases universitarias, y a la noche, se trepaba al mismo árbol a escribir.
Pero una noche, quiso salir de la rutina y luego de cenar, prefirió dar una vuelta por los alrededores del parque que se encontraba frente a la mansión. Se paseo alrededor del lago, hasta encontrar el mirador, aquel que daba al punto más alto del parque y que, al ser día de semana, estaba completamente vacío.
Caminó por la pequeña colina, que se convirtió en una escalinata y no conforme con ello, al llegar al final de la misma, se trepó a la cupúla que había allí , pudiendo contemplar absolutamente toda la ciudad resguardada por el manto de la noche.
Extendió sus brazos, y llenó sus pulmones de aquel fresco aire nocturno , cerrando los ojos por un momento, volviéndose uno con la luz de la luna.
- ¿Linda noche, no?-

Aquella voz le sacó de su meditación, haciendo que se girase despacio, para ver quien le había hablado, pero solo pudo distinguir una silueta masculina, posándose en lo más alto y peligroso de la cúpula, haciendo gala de un perfecto sentido del equilibrio.
-Lo siento, pense... que no había nadie-
- Descuida- su acompañante se movió, de modo que bajo la luz de la luna de otoño, pudo apreciar mejor su rostro pero por sobre todas las cosas, algo en su interior se movió. No como con Gale, que sentía que podía confiar, sino algo diferente, como si esa sonrisa que traía el otro le obligara a fijar su vista en aquella persona, y el tono de su voz, no era inglés, tenía un acento extranjero y definitivamente, a pesar de no poder ver con detalle con la escasa luz, un rostro atractivo, tanto como para dejarlo sin habla por unos segundos.
- Si- Alex por fin pudo recuperar el habla, y atinó a abrasar su cuaderno - Es una hermosa noche.... -
- ¿Cómo te llamas? - el otro habló con calma y amabilidad, una que invitaba a confiar...
- A... esto.. Alexis... ¿y tu?-
Pero antes de que el otro pudiese responder, algo rompió el silencio de la noche, algo que hizo que el otro se pusiese alerta.
- Tengo que irme gatito, en la próxima te diré mi nombre, te lo prometo - acompañando esas palabras, le dedico una mirada radiante, dulce, luminosa al igual que su sonrisa, antes de dar un elegante giro y saltar a la nada, haciendo que el pobre chico saliese de su éxtasis solo para verlo como se alejaba, colina abajo hasta perderse entre las sombras de los árboles.
El chico tardó un par de minutos en volver a moverse, tomando su cuaderno y regresando a la mansión, con un marcado sonrrojo en las mejillas, y en sus pensamientos, solo podía repetir una y otra vez esa mirada, como si hubiese estado esperando toda su vida por aquello, pero ¿quién era? ¿ le volvería a ver?.... o solo había sido un sueño?...
-Lo que me faltaba... estoy volviéndome más loco cada día....- pero no pudo evitar esbozar una sonrisa, porque a diferencia de todas sus locuras anteriores, esta no lo atormentaba, sino al contrario, era como si acabase de encontrar la llave a un nuevo mundo...

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